martes, 3 de diciembre de 2013

BREVE HISTORIA DE LA ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA


Hola amigos, en esta nueva entrada hablaremos sobre la historia de la arqueología subacuática, disciplina fundamental para conocer y desarrollar la historia. Próximamente publicaré unas entradas sobre algunos pecios importantes e interesantes en la arqueología subacúatica, ¡no se las pierdan!

Para la localización del “nacimiento” de esta disciplina contamos con dos hechos importantes: Por un lado la aparición de los palafitos suizos a mediados del siglo XIX d. C. (en un ambiente húmedo y en una cultura propia del Bronce final) y por otro las excavaciones del lago Nemi. Donde se realizarán trabajos desde finales del silgo XIX d. C. hasta la segunda Guerra Mundial. En esta ocasión no se documentó un hábitat, como en los palafitos, sino dos pecios hundidos que fueron propiedad del emperador Calígula. 

Será entre 1490 y 1868 cuando se produzca el periodo de gestación. En este periodo aparecen algunos inventos y personalidades que empiezan a “cocinar” lo que daría pie a un periodo que podríamos llamar de prueba o especulación hasta 1960, que ya daría paso al de consolidación.

Algunos ejemplos serían: Jerónimo de Ayanz y Beaumont, Robert Fludd, ó Manuel Gispert.
Aparecerá la bolsa de aire o estanque que consistía en un recipiente como depósito de aire, posterior al tubo respirador realizado años antes. Ambas formas básica para obtener aire y con limitaciones. La campana de buceo. Donde estacaría la realizada por James Rennie. Aparecerán también los sistemas rígidos de inmersión, trajes articulados o rígidos siendo el equipo de Lethbridge en 1715 la primera referencia. Cámaras de observación submarina, batisferas y bentoscopios, cámaras de rescate para dotaciones de submarinos hundidos, el traje de buzo, o los sistemas de rescate de barcos hundidos como los realizados por Pedro de Ledesma en 1623 o Jorge Bosch en 1778.






























                                Réplica de la màquina de immersión de John Lethbridge. Fuente: Wikipedia

La creación de la escafandra autónoma. Esta fue realizada por dos pieoneros, principalmente el primero, Cousteau y Gagnan, los cuales fueron fundamentales en el desarrollo de la arqueología subacuática. Con este invento el avance en la arqueología subacuática será mayor gracias, principalmente, al regulador de aire que permitirá una mayor autonomía. La escafandra autónoma surge entre 1942 y 1943.


Jacques-Yves Cousteau. Fuente: Google Imágenes

Estos elementos fueron utilizados por primera vez por buceadores aficionados. Será en los años cincuenta cuando se convierta en un instrumento que servirá a los propios arqueólogos para descender a las profundidades del mar. 1960 será la fecha en la que un arqueólogo actué por primera vez en una excavación subacuática, pero sin sumergirse.
Nino Lamboglia será el primer clasificador de la arqueología romana. Se encargó sobre los años 50 de una excavación a 42 metros de profundidad.
Se hallaron entre 10.000 y 11.000 ánforas, acompañadas de 7 yelmos metálicos. Este pecio medía 40x10 metros y gracias al trabajo de los arqueólogos sabemos que estaba propulsado por vela. También podemos saber que era un barco con una capacidad considerable y nos muestra la presencia de piratas en el mediterráneo en el s. I a.C.
Otro pecio, el Yessi Ada, se comienza a excavar en los años cincuenta pero la campaña de inicio no comenzó hasta el año 1958. Este fue un pecio de época bizantina (s. VII d.C.) localizado en la actual Turquía. Este fue uno de los primeros yacimientos donde el arqueólogo no se quedó en superficie, sino que participó en primera persona en la excavación. A partir de 1958 en adelante, se van a encontrar en los alrededores de este pecio otros quince que corresponderán, en su mayor parte, al s. I d.C.


Escafandra del s. XIX. Fuente: Wikipedia.


Escafandra del s. XX. A la izquierda rígida, a la derecha convencional. Fuente: Wikipedia.

Hasta los años sesenta, serán aficionados los que bajen a las profundidades para documentar los yacimientos arqueológicos, pero a partir de esa fecha los arqueólogos tendrán la capacidad de bucear, será una fecha importante en la arqueología subacuática. Durante estos años se creó en Texas el Instituto acuático de Arqueología, fundado por George Bass, siendo a partir de entonces la arqueología subacuática y su actividad mucho más intensa.
Una de las preguntas más plausibles es por qué Bass creó este instituto y puso su ​sede en Texas cuando los estudios se centraban en el mediterráneo. La respuesta la encontramos en las grandes compañías petrolíferas, que buscaban yacimientos para su beneficio, lo cual hacía que la tecnología para sumergirse avanzase, apoyando así la arqueología subacuática y su estudio.

Hasta los años sesenta esta disciplina se había centrado, únicamente, en el estudio o en las intervenciones que consistían en la recuperación de materiales bajo el mar, pero materiales no importantes arqueológicamente (o científicamente), ni con una intención de documentación, sino que solo se dedicaba a la recogida de tesoros propios de la carrera de indias. Es decir, de los objetos y el oro que se traían los españoles de América.
La metodología de la Arqueología subacuática y su definición fue pronunciada por primera vez por George Boss, cambiando el concepto de Arqueología marina a Arqueología Subacuática como: “Recuperación de todo resto arqueológico que esté cubierto por las aguas”, dando exactamente igual sea el tipo de agua que sea, y sea cual sea su profundidad.



Batisfera del s. XX. Fuente: Google imágenes.

En la actualidad la arqueología subacuática, que es una disciplina relativamente joven,  goza de un mayor interés, respecto a otras disciplinas, por parte de la sociedad, teniendo un punto a favor a la hora de formarse como ciencia propiamente dicha. La arqueología subacuática tiene unas características muy peculiares que otras disciplinas no tienen, sobre todo influenciadas por el medio en el que tiene que actuar, un medio hostil y limitado.

Normalmente, asociamos la arqueología subacuática a un hallazgo de un pecio bajo el mar, pero no debemos quedarnos ahí, la aportación de la arqueología subacuática es mucho mayor. Con la arqueología subacuática podremos estudiar hábitats hundidos (barrios, ciudades, puertos), conocer técnicas de construcción de barcos, técnicas de navegación, relaciones sociales y culturales entre distintas sociedades, así como el comercio y la economía de diferentes áreas o épocas. Por otro lado, debemos saber que estudiaremos todos los restos arqueológicos que se encuentren en mares, lagunas, océanos, ríos… cualquiera que este enterrada bajo superficie marina, como estableció George Bass.

Por lo tanto vemos que existen algunas diferencias con la arqueología como tal, principalmente en: el medio, formado por agua, bien sean naturales como océanos, ríos o lagos, o artificiales ya sean embalses, canales o diques. Hay una mejor conservación en la mayoría de los casos, ya que se suele producir un equilibrio con el medio después de transcurrir un tiempo. Y el deterioro es menor, afectado por los propios procesos químicos y físicos del medio, pero hay que tener especial cuidado utilizando las técnicas y productos adecuados a la hora de sacar el objeto del agua, ya que se pueden producir cambios en la estabilidad del material al cambiar las condiciones del medio.
                             

Herramientas utilizadas en la actualidad por la Arq. Subacuática y arqueólogo actual. Fuente: Google Imágenes.

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